Hoy hablamos de calidad educativa.
Quizás algunos de vosotros ya hayáis leído lo que he escrito, porque lo escribí hace un tiempo, pero quiero reflejarlo aquí para los que no lo habéis hecho.
Los
profesionales de educación con los que me he topado en la universidad no han
parado de contarme los avances que han tenido lugar gracias a numerosas
investigaciones que revelan los grandes beneficios que tiene la integración en
el aula ordinaria para la socialización,
autoestima y aprendizaje de los alumnos con necesidades educativas
especiales. Estoy totalmente de acuerdo con ello, pero cuestiono la viabilidad
del asunto en un país donde el ratio aumentará, donde hay 25 o 30 alumnos a los
que el maestro tiene que atender de manera individualizada, con unas
necesidades concretas y unos ritmos de aprendizaje que debemos respetar. ¿Es
posible que el profesor sea capaz de atender a todos estos niños de forma
adecuada? ¿Son suficientes los recursos existentes? ¿Hay los suficientes apoyos
profesionales? Sinceramente, creo que no. Aunque por suerte se que son muchos los que lo intentan y trabajan día a día por tratar de que sí se pueda en la medida de lo posible.
Tal y como están las cosas da la sensación de que se
sustituye calidad por cantidad y a los "grandes peces" parece no importarles; que la inclusión
sigue siendo una utopía hasta ahora no viable, o al menos no lo suficiente. Lo curioso
del asunto es que pretendamos compararnos con la envidiada Finlandia, que
quieran que nos acerquemos a su educación, pero lo que no cuentan es que allí
los padres aportan más, los ayuntamientos también, la formación de los maestros
es mucho más completa que aquí, la idea de la educación está mucho más valorada
y las bibliotecas son visitadas con mucha más frecuencia, el ratio es menor y
los profesores no están solos, tiene ayudas y apoyos y trabajan en equipo. Así
sí se puede hablar de calidad educativa.
Y tu, ¿qué opinas?